Dos horas al norte de Madrid está la Denominación de Origen Ribera del Duero - una de las más icónicas de España. Ubicado en la Meseta Central de Iberia, a unos 750-850 msnm, la tierra que muestra tonos de ocre y rojo, por su alto contenido de arcilla, contrasta con el azul del cielo que parece nunca terminar. Allí hace un sol tan fuerte, quemando a la tierra tanto, que ni Icaro se hubiera acercado. Exagero, es cierto, pero Ribera del Duero es un lugar con un clima severo. Frecuentemente, en verano la temperatura supera los 38 grados. En invierno las temperaturas comúnmente llegan a cero grados y la primavera siempre trae la amenaza de las heladas que pueden bajar los rendimientos de manera extrema. Los cambios diurnos (las fluctuaciones de temperatura entre día y noche) pueden llegar a variar más de 20 grados en verano, extendiendo el tiempo de maduración tanto, que Ribera es uno de los lugares con las vendimias más tardías de Europa - a veces hasta finales de Noviembre. Mientras que las noches frescas son imprescindibles para el desarrollo del ácido de la uva, y las cosechas tardías hacen que la uva madure bien su azúcar y sabores esenciales, hacer vinos en Ribera requiere valentía. Con todas estas dificultades, los vinos de esta zona son conocidos como algunos de los mejores en España - son complejos, concentrados, longevos, y pueden exhibir finura y delicadeza. En el caso de Ribera del Duero, la uva se ha adecuado a condiciones tan extremas que, otra vez, vemos la enorme capacidad de esta planta para amoldarse a su ambiente de maneras increíbles.
Ribera del Duero recibió el estatus de Denominación de Origen en 1982. Aunque los fenicios trajeron los viñedos a la zona hace más de 2500 años, fue en el año 1864 cuando Don Eloy Lecanda plantó los primeros viñedos de Vega Sicilia con la visión de que esta zona tenía todo lo necesario para hacer vinos de muy alta calidad. Y tenía razón. Obviamente, no podía adivinar en aquel entonces que Vega Sicilia iba a ser la bodega más famosa de España, pero tampoco podía saber que le iban a seguir algunos otros extraordinarios como Pingus, Pesquera, Aalto, entre otros - todos ubicados en la carretera principal de Ribera, N122, en lo que se llama “la milla de oro.” Por la calidad excepcional de estos vinos hubo mucha inversión en la zona en los años 80s convirtiéndo a Ribera en una de las DOs más importantes de España. Hoy hay 300 bodegas. Para ponerlo en contexto, en 1982 cuando se estableció la DO, eran 20.
Ribera del Duero con sus viñas antiguas y cielos soleados
En este valle de 115 kilómetros, solo hay 23,000 hectáreas plantadas de viñedos comparado a los 65,000 plantados en Rioja. Además, Ribera tiene casi 11% de viñedos con más de 80 años de edad, haciendo que los rendimientos sean mucho más bajos que en Rioja. La mayoría de los viñedos son de Tinto Fino o Tinto de País (sinónimos de Tempranillo), con escasas cantidades de Garnacha que usan para los rosados y Albillo para el blanco. Tempranillo sigue siendo la variedad más importante en España y aquí no es diferente. Sin embargo, después de varios siglos en esta zona tan extrema, las vides se han adaptado y se dice que genéticamente es tempranillo, pero en Ribera el tamaño de la fruta es mucho más pequeño y la piel más gruesa para poder proteger las uvas del clima tan feroz.
Ahora vamos a hablar de la tierra… Por supuesto vamos a hablar de la tierra. ¡No les puedo dejar con curiosidad! En Ribera hay dos tipos de suelo predominantes - cerca del río es arenoso con marga y piedras del río, en las laderas donde se ubican los mejores viñedos, es una mezcla de suelos calcáreos con arcilla. Del Blog I ya sabemos que los suelos calcáreos tienen la mezcla deseada para hacer vinos excepcionales - tienen un buen drenaje pero retienen el agua cuando hay sequía, su color blanco refleja la luz, promoviendo fotosíntesis e incrementando la absorción de los nutrientes del suelo. Dichos suelos normalmente producen vinos que son aromáticos y elegantes. La tierra arcillosa mantiene más agua y frescura, y frecuentemente sus vinos tienen más cuerpo y tanino. Con esta mezcla de suelos existe el potencial para hacer vinos extraordinarios y no solo es potencial, sabemos bien que los produce.
Don Eloy Lecanda dejó un gran legado a la gente de España en el siglo 19. Antes de eso Ribera fue en su mayoría, una zona sin gran calidad. Ahora es conocida internacionalmente por sus magníficos vinos - vinos complejos que pueden expresar con sutiliza las características de un lugar extremo donde todo tipo de vida necesita fuerza para sobrevivir. Don Eloy vió algo especial en esas laderas con suelos calcáreos y el valle con el río Duero que refresca sus sedientas tierras. No se puede negar que las viñas de esta zona comparten el espíritu valiente de la gente que trabaja la tierra y produce vino allí, y tampoco se puede negar que los grandes vinos habitualmente surgen de lugares en donde encuentran desafíos.
Y hablando de desafíos, yo me he autoimpuesto el de traer estos vinos para compartirlos con ustedes y extender las metafóricas ramas de todas esas vides, uvas y productores para que puedan llegar ahora a México. Pero más allá de las vides y las uvas, creo que mi deseo es difundir esta filosofía, esta forma de estar conscientes de los procesos de producción, de la tierra, el agua y los recursos en general, de respetar las tradiciones en la manera de convivir con nuestro entorno, conscientes de lo recíproco de esta relación. Así que a conocer el suelo, a investigar las cepas, vides, uvas y procesos que conjuntamente resultan en un líquido maravilloso llamado vino.
¡Salud!
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¡Salud nuevamente!