El Corcho

Quercus Suber - El Corcho

En el último blog, hablamos del roble y la historia entre el vino y ese árbol. Vamos a seguir con el tema de los árboles y el vino, pero hoy hablaré de otro tipo de roble y su larga e importante relación con el vino: Quercus Suber - o simplemente: el corcho. El corcho y la industria vitivinícola tienen raíces profundas, que se extienden por varios siglos. Este material natural, obtenido de la corteza ha jugado un papel fundamental en la preservación y evolución de los vinos. Su empleo sistemático para sellar botellas comenzó en el siglo XVII, cuando el diseño de las botellas de vidrio evolucionó hacia formas más uniformes y prácticas. Fue entonces cuando el corcho demostró ser un aliado indispensable, pues ofrecía un cierre hermético y flexible, capaz de preservar el vino durante largos períodos. El corcho permite que entre muy poco aire en la botella, garantizando un sellado eficaz que impide el paso excesivo de oxígeno, lo cual puede oxidar el vino. Durante éste periodo de preservación, el vino puede  “respirar” en la botella con la cantidad baja de oxígeno que entra. Por si esto fuera poco, el corcho en sí es un material increíble - es suave y flexible, se puede doblar sin romper, es impermeable al agua, es ligero, y puede amoldarse a la forma del cuello de la botella para que no salga ni entre líquido. Realmente, el corcho es algo que ha sido indispensable para el vino y mientras que hay otras opciones para sellar  la botella, de las cuales vamos a hablar más adelante, el corcho y el vitis hacen una pareja inseparable. 


Éste increíble árbol que tarda entre 25-30 años antes de tener su primera cosecha, viene del sur-oeste de Europa, en Portugal y España. Portugal, es el productor número uno - generando la mayoría de los corchos de alta calidad y casi 60% de todo el corcho mundialmente. El árbol crece fácilmente en sus suelos pedregosos, y también en el norte de África en Tunisia, Algeria, Morocco y un porcentaje pequeño en Sardinia e Italia. Mientras que la mayoría de los árboles mueren si se cosecha su corteza, el Quercus Suber puede seguir viviendo unos 200 años más renovando su corteza cada nueve a doce años. 

Fuente: https://www.ajoto.com/blogs

Después de cosechar la corteza, se guarda por seis meses para estabilizar su humedad. Luego, se hierve para remover materia orgánica que puede quedarse en los poros de la corteza y para llegar a la hidratación correcta que permita procesarla y cortarla en su distintiva forma de un corcho. Es un proceso que no hace daño al árbol, si es un recurso natural y 100% renovable y cualquier parte que no se usa para corchos, se procesa para pisos, aislamiento, zapatos y otros productos de corcho. 

A pesar del surgimiento de alternativas como los tapones sintéticos y las tapas de rosca, el corcho sigue siendo la opción preferida en la producción de vinos de alta gama. El corcho permite una microoxigenación controlada, un proceso crucial para el envejecimiento de ciertos vinos. Este intercambio sutil de oxígeno favorece la evolución de aromas y sabores más complejos, realzando la calidad del producto final.

No obstante, la industria del corcho enfrenta desafíos importantes. Uno de los principales es el riesgo de contaminación por TCA (tricloroanisol), una sustancia que puede provocar el temido “sabor a corcho, olores de hongos o perro mojado” en el vino. Viene de la manera que antes usaban para limpiar la corteza - usando cloro para desinfectarla. El método ya no se usa casi nada, pero el agua municipal usa cloro como desinfectante y se puede contaminar en la bodega multiplicando el problema cuando infecta a las bombas, tanques y mangueras dando notas de TCA en algunos vinos que no tienen corchos. Aunque los avances tecnológicos han permitido desarrollar procesos de tratamiento que reducen significativamente este problema, sigue siendo un aspecto crítico para los productores.

https://arrowheadwine.blogspot.com/2011/06/wine-stoppers-part-three-alternatives.html

Asimismo, la competencia de materiales alternativos ha llevado a la industria a reinventarse. Existen varios tipos de opciones - Los tapones sintéticos, las tapas de rosca, en Alemania y Austria los corchos de vidrio son populares. Todos ofrecen ventajas como costos más bajos y la eliminación del riesgo de TCA. Algunos dicen que la cantidad de aire que siempre existe entre el vino y el tapón es suficiente para oxigenar el vino en botella especialmente para botellas que se consumen dentro de los primeros años. Pero para vinos que uno quiere dejar en la cava por muchos años, los corchos alternativos, y la poca cantidad de aire, no logran igualar la combinación única de funcionalidad y tradición que ofrece el corcho natural.

El futuro del corcho en la industria vitivinícola depende en gran medida de su capacidad para adaptarse a un mercado en constante cambio. La innovación en el procesamiento del corcho y la promoción de sus beneficios ambientales son estrategias clave para mantener su relevancia. Al mismo tiempo, la demanda de productos sostenibles y la preferencia por experiencias auténticas y de calidad continúan favoreciendo su uso en vinos premium.

El corcho sigue siendo un pilar fundamental en la industria vitivinícola, combinando tradición, funcionalidad y sostenibilidad. Aunque enfrenta desafíos, su papel como guardián del vino perdura, adaptándose a las exigencias del mercado moderno. En un mundo donde la sostenibilidad y la autenticidad son cada vez más valoradas, el corcho se reafirma como un símbolo insustituible de calidad y respeto por la naturaleza.

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